Por Alfredo López Pérez (Isoko).
El pasado día 26 de julio de 2014, y dentro de los actos de conmemoración de la Gesta de 1797, en la que fue derrotado el Contra Almirante Horacio Nelson por las tropas, milicias y pueblo de Santa Cruz de Tenerife, comandados por el General Antonio Gutiérrez, tuvimos el honor de participar parte de los milicianos de la Milicia de Tegueste en dicha recreación.
El motivo de nuestra participación se debió principalmente a dos hechos importantes. De un lado, nuestra participación estaba motivada en el hecho de que milicianos naturales de Tegueste participaron en la defensa de la Isla ante el ataque de Nelson, en cuyas refriegas murió días más tarde al 25 de julio de 1797 el vecino José Pérez, natural de Tegueste El Viejo, de 25 años de edad, soltero y pobre (esto último se debía a que no se le conocía propiedad de alguna res o animal para su sustento), a causa de las heridas sufridas. Con lo que el fundamento histórico queda patente, y además ha sido objeto de estudio por parte de uno de nuestros milicianos, Amós Farrujia Coello, historiador que elabora su tesis doctoral acerca de las Milicias de Canarias, y que ha puesto de relieve este mismo hecho, del que además se conserva el documento que acredita tal condición de nuestro malogrado teguestero (la relación de bajas españolas con motivo o a consecuencia de las heridas sufridas en los días sucesivos a la Gesta del 25 de julio).
El segundo motivo se trata de responder a la invitación que desde hace unos años y por motivos de logística y organizativos no habíamos podido cumplir hasta este mismo año, de la Asociación Histórico-Cultural Gesta del 25 de julio de 1797, y en correspondencia al hermanamiento que realizamos en 2011 con la misma en el traslado de la Bandera de la Virgen de los Remedios que da comienzo a nuestras fiestas.
La experiencia fue increíble en las propias palabras de los compañeros milicianos que nos trasladamos a Santa Cruz. Esa misma tarde de sábado, quedamos en la Casa del Capitán López para realizar los arreglos de última hora que pudieran darse, (revisar uniformes, botones, lustrados de armas, etc.) y cómo no, un brindis como ágape previo para afrontar la recreación.
Al llegar a la capital, nos incorporamos a la Alameda del Duque de Santa Elena, donde la Asociación viene realizando desde hace años el campamento del Batallón de Canarias, y donde también están “acampados” los británicos, a fin de que los visitantes puedan hacerse una idea y puedan contemplar e inmortalizar con sus cámaras y videocámaras los momentos e instantes preciosos que se reproducen: Limpieza de armas, herrero forjando nuevas hojas y labrándolas, preparación de los cartuchos de pólvora para fusiles y cañones, etc. Unos momentos de camaradería y buena sintonía al ser muy bien recibidos por el Batallón de Canarias, al frente su presidente Javier Gorostiza, y por miembros de las Milicias de Garachico también presentes, a las órdenes del Capitán Andrés. Numerosos curiosos y simpatizantes de nuestra historia tinerfeña tuvieron ocasión de revivir pasajes de gran carga histórica y cultural.
Una vez se acercó la hora de la recreación de las escaramuzas en torno a la Calle de la Noria, Iglesia de la Concepción de Santa Cruz, salió el desfile de las diferentes tropas para la misma, marchando en primer lugar los británicos para poder ir a ocupar sus posiciones, y seguidos con cierta distancia por las tropas españolas, al frente de las cuales marchaba el General Gutiérrez (Agustín Espinosa), el Sargento Mayor (recreado por Miguel Díaz – Llanos, buen amigo de la Gesta), y flanqueado por los Capitanes de las Milicias de Garachico (el amigo Andrés, que también recrea las rutas patrimoniales teatralizadas de Garachico con el equipo de Sonia Francisco) y de Tegueste, Alfredo López, el que suscribe y que también realizo desde hace más de 14 años rutas patrimoniales que ponen en valor nuestro rico patrimonio histórico, etnográfico y natural de Tegueste.
Una batalla sin cuartel, de carreras continuas e idas y venidas con las armas al rojo vivo por el intenso intercambio de disparos de fusiles de avancarga, donde el olor a pólvora por momentos asfixiaba y cubría de una nube que dificultaba la visión y envolvía la noche buena y agradable del verano santacrucero en un halo de misterio y de cierta incertidumbre por el desarrollo y final de los enfrentamientos hispano británicos.
Los milicianos teguesteros además tuvieron el honor de ayudar a los artilleros con los cañones de la Gesta, efectuando numerosos disparos para la defensa de la capital desde el puente de El Cabo, primero de los puentes de una renaciente ciudad, capital y puerto desde que se malograra el puerto de Garachico en 1706 por la erupción del Volcán de Arenas Negras.
Al grito de: ¡Guardar la línea! y ¡Ésta es la Milicia de Tegueste!, nuestras voces y acciones de milicianos orgullosos y valerosos se unían a las del Batallón y a las de los milicianos de Garachico y Provinciales para defender nuestra tierra, costumbres y raíces, conforme acorralábamos en torno al Convento de Santo Domingo o de la Consolación al enemigo británico.
Aunque mostraron resistencia al fuego intenso y continuo de nuestras tropas, y con las acciones de los rozadores de La Laguna y las piedras y palos del pueblo, terminaron por capitular y tanto el oficial de marina Samuel Hood, como el propio Comandante J. Trowbridge, ratificaron la decisión de la que se informó al Contra Almirante Nelson que malherido estaba a bordo del Theseus.
El júbilo y los vítores de entre nuestras tropas y nuestro pueblo no se hizo esperar, como tampoco la atención humanitaria garantizada por el propio General Gutiérrez y personalizada en los numerosos ejemplos de asistencia a los heridos y el buen trato y acompañamiento a los que tristemente fallecían a causa de las heridas.
No es difícil imaginar estos enfrentamientos a verdadera cara de perro, y a través de esta experiencia vivida en carne propia, en primera persona, hemos disfrutado como niños “grandes”, reviviendo pasajes de nuestra rica historia, del acervo histórico cultural de un pueblo como el canario, que desde su origen, ha sido y será plataforma tricontinental, crisol de culturas y puro mestizaje de etnográfico y patrimonial.
Disfrutamos sí, pero también realizamos una difusión y una dinamización de una manera muy didáctica y netamente expresiva para el público en general que nos acompañó y se comportó de forma muy activa, arengando nuestras tropas en contra de los británicos, con una fundamentación histórica bastante cercana a la realidad de los hechos que acaecieron en aquellos días de julio y mes posterior de 1797.
Se terminó tras la Capitulación británica y el Triunfo español con un desfile de las tropas vencedoras encabezando el mismo, finalizando en torno a la Iglesia de la Concepción, para una vez recibir los agradecimientos a todos los recreadores por parte del presidente de la Asociación Histórico Cultural Gesta 25 de julio de 1797, Javier Gorostiza, y la invitación de la propia asociación a disfrutar de la oferta gastronómica de la capital chicharrera y obvio también, de la buena música y algún baile al buen son en algunos de los establecimientos de ocio de la Calle de La Noria.
En definitiva, una experiencia inolvidable de la que se termina forjando nuevos camaradas y amigos, y ante todo, se consigue el fin principal y último de rememorar y poner en valor, no de palabra sino con hechos, nuestro rico patrimonio histórico – cultural de la isla de Tenerife y por extensión de Canarias.