Sabido es que la lectura es una actividad individual. Un acto íntimo provocado por la relación entre el sujeto y el libro. Pero si esta acción no influye en el discurso colectivo dominante, si el trato con las imágenes, personajes, símbolos, sensaciones e ideas no genera crítica social y, por extensión, no facilita la participación juiciosa de la ciudadanía en los asuntos públicos, el hecho en sí quedará relegado a la mera intimidad, convirtiendo el ejercicio en una especie de autismo semántico o superflua exaltación de la subjetividad: un entretenimiento fugaz. Leer es el paso necesario del yo al nosotros. Un salto decisivo para la profundización de la identidad colectiva, sea canaria, española, cubana, atlántica o europea. Por eso hemos propuesto, y estamos por 3ª vez en ello, re-crear un foro de debate literario, un punto de encuentro alrededor de un libro y su autor, un lugar de cuyo nombre sí me quiero acordar: LIBRO FÓRUM CANARIO de Tegueste.
Trascender, en aras de la participación, ese instante de intimidad que la lectura conlleva es una de las aspiraciones de toda comunidad lectora, de cualquier comunidad democrática, de este colectivo improvisado y espontáneo con vocación de supervivencia. Es por esta razón que, superado el momento de soledad y concentración, esos minutos de introspección cada vez más escasos teniendo en cuenta el ruido reinante, la prolongación de las jornadas laborales y académicas, la convulsa e informatizada vida en la forma de entender el ocio en las sociedades occidentales (y cada vez más en las orientales, tercermundistas o en vías de desarrollo), se impone el acercamiento de lo leído y experimentado al relato común, a la construcción múltiple de un sentido identitario personal/local/universal, ida y vuelta, contra el pensamiento único globalizador uniformizante.
Si la polis no lee a sus clásicos y contemporáneos – como sí hacemos nosotros ahora con Ana Joyanes y Francisco Concepción- con sentido crítico y práctico, extrayendo consecuencias propias de sus mundos creativos, el individualismo más ramplón y primario (como el de algunos de sus personajes de El caso de La Pensión Padrón) seguirá articulando todas las respuestas posibles al reto de vivir en plenitud.
Por eso, quiero creerlo así, estamos aquí reunidos alrededor de un libro, El caso de La Pensión Padrón, y de unos escritores nuestros, Ana Joyanes y Francisco Concepción, personas y personajes plenamente activos y bien comprometidos con nuestra sociedad canaria. Debatiremos con ellos la recreación de su mirada dual a ese mundo marginal -que muchas veces no queremos ver ni escuchar ni saber que existe, justo a nuestras espaldas o a nuestros pies, en barrancos, pensiones de mala muerte, calles y plazas olvidadas de polígonos y barrios de arrastre-, a ese mundo marginal situado en Santa Cruz, pero que también está, en mayor o menor medida, en otras muchas poblaciones de estas islas. Los casos de las crónicas negras de aquel legendario periódico franquista, El Caso, siguen estando presentes hoy en nuestra sociedad tecnologizada, individualista, desarrollada en lo material, no tanto en lo espiritual. A uno de esos casos, real y reciente, nos vamos a enfrentar hoy a través de esta novela “negra”.
Por último, agradecer sinceramente al alcalde Molina y a la concejala de Cultura Giovanna del Castillo su apoyo moral, económico y logístico para recomenzar este proyecto cultural, que nada contracorriente, pero que con el empuje de ellos y nosotros, de todos uds., seguro que tendrá una larga travesía y quizás alcance el puerto de Ítaca.
Ahora son los autores y uds., lectores y curiosos, teguesteros y visitantes, quienes tienen la palabra.
José Ramón Sampayo
Director del LIBRO FÓRUM CANARIO
Tegueste, 1 de octubre de 2015
