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Néstor Rodríguez es un joven universitario teguestero, que estudia Derecho en la Universidad de La Laguna, y que actualmente, junto con la banda a la que pertenece “Plaza Vacante” están acompañando a los conciertos al cantautor Rogelio Botanz.
P. Néstor, pertenecer a la banda que acompaña a uno de los cantautores más importantes de Canarias, Rogelio Botanz (miembro del grupo histórico “Taller Canario”), debe ser todo un honor… y una responsabilidad.
R. Desde luego. En este caso el honor es equiparable a la responsabilidad, y viceversa. Cuando es uno quien lleva la voz cantante carga con las consecuencias de lo que pueda pasar, pero en un caso de estos, en el que estoy encargado de las guitarras las consecuencias positivas como negativas de nuestra acción (tanto de la banda como mías) recaen sobre Rogelio, y claro, hay que andar con pies de plomo. Por suerte, aunque nunca se está libre de posibles percances, formamos los cuatro un buen equipo. Pero, aun así, me reitero en mi anterior afirmación de que es todo un honor, y es así como lo estoy viviendo, disfrutando de la experiencia.
P. ¿Qué es para ti un cantante de la talla de Rogelio? ¿qué admiras? ¿qué has aprendido?
R. Sin duda supone en primer lugar, respeto, es un cantautor con mucho trabajo a sus espaldas y con muchísima experiencia… 30 y pico años dando el callo -con obra publicada, claro esta que antes de esto hay muchos años de preparación-. Además, es el compromiso personificado, compromiso por sus ideas, por los suyos y por la cultura de nuestras islas.
En él admiro, a parte de la excelente carrera como músico, el compromiso que ha tenido desde su llegada al archipiélago por la cultura de las islas y la ingente labor que ha realizado en favor de nuestras tradiciones, nuestra música… Además de esto, me interesa mucho su labor como docente, habiendo sido galardonado con el reconocimiento de Maestro Pasión; ya que es todo un ejemplo -eso me quedó claro el día de su homenaje al jubilarse- de lo que es un “maestro”.
Lo considero una persona muy humana, y eso junto a lo nombrado anteriormente es lo que más valoro. Por esa casa pasa muchísima gente y me sorprende la disponibilidad y la hospitalidad suya y de su familia.
Y aprender… pues bueno, está claro que muchísimo. Entre otras cosas, que los cantautores hacen lo que les sale de los mismísimos jajaja… Es un cambio con respecto a lo que he estado haciendo, y eres tú el que sigue al cantante, es él quien marca las directrices y hay que estar con los cinco sentidos puestos en tu instrumento y en lo que él haga. Incluso a veces la mejor guía… ¡son sus pies! En “La máquina de correr” nuestra atención está puesta en el ritmo que marca con sus pies al correr.
Además, en lo que respecta a mi instrumento ha sido una oportunidad para ahondar en los sonidos que ofrece la guitarra, los efectos y en cómo actuar en las distintas partes de una canción, aprender qué es lo que lleva la letra en cada momento, etc.
P. Obviamente no eres de la época de Rogelio y Taller Canario, con Pedro Guerra y Andrés Molina. Probablemente tu generación no los conozca. ¿Por qué hay que oír las canciones de Rogelio? ¿De qué nos habla?
R. Son muchas las razones por las que recomiendo a amigos (y desconocidos) que les echen una escucha a los discos del Taller y de Rogelio.
Lo que más me llamó a parte de las letras es la fusión de estilos que se da, poniendo por un lado la complicidad y la entrega de la canción de autor, y la combinación del folklore canario con elementos de la época en la que vivían, algo sin duda innovador si lo comparamos con el panorama nacional. Date cuenta de que mientras Rogelio tocaba la percutería (batería hecha con tambores tra
dicionales), Pedro estaba tocando una guitarra eléctrica o un timple y Andrés un Yamaha DX7 al más puro estilo de la época…
Rogelio además en su carrera en solitario ha sabido combinar a la perfección toda clase de estilos, pero haciendo especialmente bien el que él acuña -con bastante acierto- como «Gofio Rock», donde combina una banda formada por algunos de los mejores músicos de Canarias y el “gofio” que aporta el grupo de percuteros “Puntos suspensivos…”.
En sus canciones nos habla de muchas cosas como el amor, el eterno tema de los músicos; aunque también toman en ciertas ocasiones un compromiso político y social, y en otras coge el papel de tercera persona, relatándonos historias, pero que siempre tienen que ver con lo humano.
Es algo que en ocasiones cuesta explicar… el por qué escuchar a alguien. A veces ningun
a razón es suficiente, y otras, cualquiera resulta definitiva…
P. ¿Qué canción o canciones de su repertorio tocan lo más profundo de lo humano para ti?
R. Es una buena pregunta. Tampoco me extenderé demasiado, pero destacaré unas cuantas suyas:
Del repertorio que tenemos montado, una de las canciones que más me llegan es “Eliana”, me parece una maravilla de canción. Por otra parte, “La noche de los lápices” es una canción que parte de un deseo enorme de justicia y con t
rágica historia -real- detrás que se remonta a la última dictadura militar argentina, dedicada a Claudia y Pablo junto a los otros estudiantes de secundaria secuestrados, torturados y asesinados. Es una canción escalofriante y muy bonita. También destaco Y para qué seguir… (letra compuesta por Alfonso Sastre): ¿resignación? ¿merece la pena la lucha? Traduciéndolo ya en otros ámbitos, ¿merece la pena la vida?… Estas y otras más las podrán escuchar en la plataforma SoundCloud en el siguiente enlace: https://soundcloud.com/blues-sanson/sets/directo-casa-de-colon-10-11-17
Por sorpresa para mí, fuera del repertorio que hemos trabajado, destacaré una la siguiente canción, aunque podría señalar alguna más, pero esto se haría muy largo: “Ven”, del álbum Vuelos.
«Ven que sin ti no voy, que sin ti no soy, que sin ti mi voz no encuentra camino. Ven que me miro en ti, solo así sabré si aun brilla la estrella que va conmigo…».
Toma ya…
P. Próximamente actuarás en Búho Club. ¿Cuéntanos un poco más de este concierto? ¿Quién más actúa? ¿Por qué no hay que perderse esta cita?
R. ¡Pues sí! El martes 19 de diciembre a las 8 de la noche se dará en el Búho Club una ocasión única y mágica en la que se alinean tres astros de la música de autor para ofrecer un concierto cargado de emociones: Alejandro Filio, TontxuIpiña y Rogelio Botanz.
Además, abrirá el concierto Ida Susal, cuyo nuevo disco está recién sacado del horno y que presentará el sábado 16 en el Espacio Cultural Aguere. Nosotros pondremos el broche final de fiesta tocando algunos temas con Rogelio y alguna cosa más… No todo va a ser revelado aquí jajaja.
¡Una cita que no se deben perder!
P. Lo tuyo en la banda, es la guitarra eléctrica y el rock en todas sus vertientes. Algo muy distante de Rogelio.
R. ¡No te creas! Como antes dije siempre hubo una mezcla de estilos en su música, entre los que cupo el rock desde su época en el Taller. Es cierto que no me lo imagino con greñas y con mallas a lo Bruce Dickinson, pero de verdad que el toque rockero siempre ha estado ahí, aunque no como factor principal. En Y ahora… ¿qué? y Castillos de arena se aprecia muy bien la caña de la guitarra de Gonzalo de Araos en varios de los temas, además de la pesadez, en su acepción de rotundidad y potencia de algunas canciones. Aun así, me consta que tanto en Taller como en las actuaciones con banda de Rogelio en solitario los conciertos eran muy potentes.
Nosotros lo que le dimos a sus temas es un toque distinto, además de preparar algunas de su repertorio que no suelen ser tocadas en los conciertos con banda, sino él cuando va a tocar con su guitarra simplemente, como “El niño feroz”, “La noche de los lápices”, “Y para qué seguir…”, etc.
Como anécdota, una vez echamos un vistazo a sus vinilos, los que él escuchaba, y nos encontramos con unos buenos cuantos discos de Bob Dylan, Aute, algunos de Joaquín Sabina… La influencia directa de estos,aparte de Bob Dylan para el filipino y el de Úbeda, es Elvis Presley. Así que, hilando cabos, Rogelio nunca ha estado tan alejado del rocanrol. Además de ser un gran aficionado de The Beatles.
P. Presentamos un poco la banda “Plaza Vacante”, su estilo, sus componentes, proyectos, cómo terminaron juntos…
R. Echando una la vista unos años atrás, el origen de nuestra banda se remonta a septiembre de 2012, cuando tomé contacto con Rainer, el batería de la banda. Fue en una tocata del Ropa Vieja donde surgió todo, con el tema “It’s a Long WayToThe Top” de AC/DC. Ese día lo tuve claro que había dado la persona adecuada.
El principal problema fue siempre que nunca encontrábamos a los miembros que nos faltaban para completar nuestro grupo (de ahí lo de Plaza Vacante…), pero tras algunas actuaciones en la que tirábamos de conocidos y tras algunas idas y venidas encontramos a Carlos (guitarra) y Alberto (Bajo), además, casi por obra divina, de una forma muy memorable. A pesar de ello, nos tuvimos que despedir del guitarrista, que anda por Bélgica, camino de convertirse en el Joe Blaney canario.
Rainer, que estudia historia, decidió participar en el programa ERASMUS yéndose a Alemania, y precisamente, tras su marcha salió una actuación. Estaba solo esta vez, aunque tenía a Alberto, nuestro bajista, quien me recomendó como batería a un amigo suyo al que fiché sin siquiera preguntar su nombre… ¡ni si quiera si era bueno! Ocurre que a veces el azar se pone de tu parte.
Empezamos entonces a ensayar en casa de Roge, del cual me habían comentado que su padre era cantautor, y que había estado en el Taller… No le di demasiada importancia la verdad, pero tras escuchar en una ocasión “Endecha” (incluida en el disco «Identidad» de 1986) quedó plantada la semillita. Unos meses después encontraría en JUMPING MAN los discos Identidad y Rap a duras penas, y ahí comenzó la fiebre.
La formación pasó a ser la siguiente: Alberto de Armas, que se encarga del bajo, Roge Botanz con la batería y yo la guitarra y coros.
Después de tantas horas de escandalo en esa casa, un día del agosto pasado, Rogelio Botanz (padre) nos propone hacer de banda suya (como los Viceversa de Sabina) para un concierto homenaje al Che Guevara en la Casa de Colón de Vegueta
, que resultó ser todo un éxito y una experiencia grandísima. Y bueno, en ello estamos…
P. ¿Por qué el rock? ¿Qué te ha enamorado de este estilo musical?
R. La razón más directa le encuentro en que ha formado parte de mi vida desde que era pequeño, pero…¡el rock y tantos otros estilos!
El rocanrol es posiblemente -aunque en general la música lo es- el género que más ha calado en la sociedad, se convirtió en una cultura de lo más inmensa. Y esto es quizás lo que más me interesa, el impacto que ha tenido en la sociedad, y el mensaje tan potente que dan muchas canciones. Lo bueno es que como en toda cultura, existe la variedad, y encuentras desde la música de unos septuagenarios que llenan estadios enteros y que han puesto de vuelta y media al mundo con sus canciones (hablo de los Rolling Stones) hasta el rock más melancólico, casi que podríamos decir que son rancheras a golpe de una Gibson Les Paul.
Hay para todos los gustos, y con toda clase de mensajes. Entre otras cosas siempre me han apasionado las historias, la disconformidad con lo establecido, los ideales claros… como forma de estar en la vida. Y no hablo de disconformidad como anarquía, sino como poner en tela de juicio tus circunstancias.
Y sin duda la perfecta combinación de unas guitarras eléctricas, una potente batería y un bajo demoledor, y un órganohammond…
P. ¿Qué puede encontrar la juventud, o cualquier persona, en el rock? ¿tiene algo de actual?
R. El rock es juventud. Es la inquietud, la intensidad, es la vida al límite, y a la vez lo cotidiano, el amor, el desamor, la alegría, los bajones emocionales y existenciales… Estas cosas que he nombrado no entienden de épocas, es algo que nos perseguirá siempre y nos marcará el camino. Por lo tanto, tiene mucho de actual en la esfera humana, y a su vez en temas sociales y políticos, por ejemplo, la cosa parece que no ha cambiado: no hay más que escuchar por ejemplo “Son como hormigas” de Barón Rojo… ¡¡o la propia “Maleta” del Taller!!
Son del siglo pasado, sí, pero de candente actualidad.
P. Cuáles son tus autores preferidos?
R. Desde los 7 años Joaquín Sabina ha sido mi preferido, sin dudarlo un momento. Es cierto que voy por épocas, porque uno no siempre puede estar oyendo lo mismo, pero este fue quien me impulsó a agarrar un instrumento (fuera de lo que ya había comenzado con el folklore canario). Miguel Ríos ocupa el segundo puesto. Siempre ha sido para mí una referencia.
Sin duda, a parte de estos tengo una serie de grupos o cantantes que han marcado tajantemente mis horizontes musicales y mi actitud, que son Loquillo, Leño, Topo, Asfalto, Gabinete Caligari, Héroes del Silencio, Burning, Los Rebeldes, Los Rodríguez, Barón Rojo, Platero y Tú, Pereza, Extremoduro…
A parte de estos, ya en un tono más intimista tengo a Antonio Vega, Antonio Flores y a Enrique Urquijo (ya sea con Los Problemas o con Los Secretos).
Dentro del rock argentino, al cual ando enganchado actualmente, me interesa mucho Andrés Calamaro, Fito Paez, Charly Garcia (en solitario, Sui Generis, Serú Giran y sus proyectos con Pedro Aznar), Luis Alberto Spinetta, Los Gatos, Pappo… Está siendo genial descubrir la música de esta gente. Y un argentino que ha hecho una gran carrera en España: Ariel Rot.
Y dentro de lo canario sin lugar a duda descubrir al Taller y a Taburiente ha sido todo un regalo, y se han convertido en cosa de año y pico en unos de mis grupos predilectos, una auténtica maravilla. También desde siempre Los Sabandeños, y con el paso del tiempo fui también encontrándome a los míticos Palmera.
Una noche de invierno encontré en la esquina de la catedral a un tipo con boina y gafas de sol que tocaba un contrabajo con otros cuantos de su enjundia y calaña: Fran Baraja (en aquel momento con la Banda Reparte) … otro de mis preferidos.
En lo que respecta a los artistas anglosajones me gusta mucho gente del blues como Eric Clapton, Stevie Ray Vaughan o BB King, glam metaleros como Ratt, y el rock más clásico como Led Zeppelin, Deep Purple…
P. ¿Qué canciones son tus preferidas? ¿Cuáles nos recomiendas escuchar y por qué?
R. No tengo una canción preferida, pero creo que estasson una buena selección de temas variados:
1. “Qué demasiado” (Joaquín Sabina): El relato de la vida del Jaro, un delincuente juvenil que a sus 15 años aterrorizó a finales de los 70, primeros años 80 a Madrid. Fue la primera canción (sin ser folklore) que canté con mi guitarrita en un escenario temeroso de que nadie aplaudiese.
2. “Una noche sin ti” (Burning): La balada por antonomasia. El que quiera que me pregunte un día, aunque bueno, con que le echen un oído van a tener razones suficientes.
3. “Garaldea” (Taller Canario/Rogelio Botanz): Sin duda una de sus canciones más épicas y una de mis preferidas donde mezcla la ezpatadantza con el tajaraste. Nada más y nada menos…
4. “Maneras de vivir” (Leño): Grandes recuerdos de esta canción, a parte de tener un puesto fijo en el repertorio de Plaza Vacante.
5. “Rock and roll star” (Loquillo & Los Intocables): esta es muy conocida por todos. Por algo será… rock fresco de aquellos primeros años 80. Una representación muy buena del rocker como idea (casi mitológica) y como persona. Hemos de agradecerle mucho a Sabino Méndez (compositor) por este himno.
6. “Con pinta de tipo que busca heroína” (Taller Canario/Andrés Molina/Joaquín Sabina): esta canción fue LA sorpresa -en mayúsculas-. Me pareció flipante la colaboración. Es una canción rotunda: la voz de Sabina está en su mejor momento, una letra muy ingeniosa, el excepcional Andrés Molina… y un solazo de saxofón de la mano del lagunero Kike Perdomo, toda una institución en el jazz; sintetizadores y mucho buen rollo.
7. “La estatua del jardín botánico” (Radio Futura): sin duda uno de los temas emblemáticos de la banda (aunque no la más conocida). Una letra muy bien ilustrada… cuidadísima como era costumbre de los hermanos Auserón. Una maravilla de verdad…
P. El grupo de música “Amaral” habla en la canción “Kamikaze” se refiere al rock como una forma de vida, de pensar, de búsqueda… en la vida y autores ¿existe un denominador común en la concepción de la vida?
R. Desde luego. Si algo ha caracterizado al rock es precisamente eso, que es una actitud, una forma de estar en la vida. Es la personificación del deseo, no desde un punto de vista pasional, sino como el ansia de algo, y de que hay que vivir, da igual si equivocados o ciertos, pero hay que vivir.
Además, aunque cada uno tenga visiones distintas en cuestiones ideológicas, suele haber afinidad enseguida entre los músicosporque miramos hacia el mismo horizonte.
P. Del espectro español y canario, ¿hay o ha habido buen rock?
R. Por supuesto. Eso sí, el rock español ha sido muy sui generis. Además, hemos tenido en este país una suerte llamada Miguel Ríos, que grabó el disco que ha sido y será el más importante grabado en directo de la “historia del rock en el idioma de Cervantes”, el Rock and Ríos, y puede que a nivel internacional esté a la cabeza de los mejores. Ha habido y hay muy buen rock, a pesar de que hoy día, por desgracia, no se está apostando por él. Aunque gracias a Dios hay gente como Leiva, Rubén Pozo o Los Zigarros que mantienen vivo el rock en este país.
En canarias más de lo mismo. Palmera supuso una revolución para el rocanrol en las islas, y es un grupo que jamás ha pasado de moda. Por otra parte, también están Los Coquillos, otros de los míticos. Hoy en día se están haciendo cosas muy interesantes, aunque lo que más fuerte está pegando es el reggae. Como ya comentaba antes, Fran Baraja está embarcado en un proyecto muy interesante de fusión del folklore y géneros como el rocanrol, el jazz, el country… Las chicas de PurpleEyes se han ganado un hueco en la escena rockera de la isla. Simón Salinas es otro artista de la zona que está tirando “pa’lante” con una propuesta muy guay. Gente también como Neptvno, que quizás no son rock estrictamente, pero que lo manejan a la perfección, Omar Xerach combinando reggae con blues y rock…
P. ¿También te gustan otros estilos?
R. ¡Claro que sí! Tengo la suerte de tener una amplia paleta de estilos. Lo mismo me puedes pillar escuchando a José Alfredo Jiménez que a Iron Maiden o a Los Chichos que a Rubén Blades… Soy bastante camaleónico en ese sentido, aunque siempre mis estilos preferidos a parte del rock and roll han sido el blues y las rancheras. Y cómo no el folklore canario… faltaría más. El reggae me gusta bastante, los boleros, el jazz (aunque es mi tarea pendiente) … Me gusta la música en general a excepción del reggaton, el trap y demás. Aunque bueno, para una fiesta y para echar unas risas no están mal.
P. ¿Qué significa para ti la música? ¿es útil para la vida?
R. Sería pretencioso decir que lo es todo, pero tampoco sería algo alejado de la realidad. Es algo casi obsesivo. Paso muchas horas oyendo música. Me permitiré citar a Luigui Giussani robándole sus palabras: «Sí, el canto es la expresión más alta del corazón del hombre (…) Realmente, no hay servicio a la comunidad comparable con el canto.».
La música es evidente que es muy útil. A mi me ha marcado el camino siempre y me ha permitido formar mi personalidad, a parte de que gracias a ella he conocido a mucha gente que comparte esta fiebre al igual que yo. Además, he podido comprobar realmente la dimensión unificadora de esta y ha habido cosas realmente emocionantes. En definitiva, ¡le debo mucho!