Tomás Rodríguez Rodríguez
Licenciado en Geografía e Historia-ULL

Se acerca Septiembre y como todos los años las Fiestas de Los Remedios. Desde el S.XVII, cuando se incorpora la imagen de busto de la Virgen a la vieja ermita de San Marcos, fue la fiesta mayor del municipio, junto con las del Socorro. Y en las que se van incorporando elementos tradicionales que le llevarán a lo que conocemos hoy a comienzos del S.XXI.

Sus variados elementos no deben ser coetáneos, más bien es la suma progresiva de ellos, lo que va caracterizando el conjunto de la celebración. Danzas, barcos, libreas, hermandades, marineros, se van incorporando a la fiesta de forma natural, con el paso del tiempo, la danza de cintas y flores tiene su origen en el S.XVI, así como las milicias, o cuadrillas de defensa (Darías, 1990, pág.256), los barcos debieron aparecer a finales del S.XVII o comienzos del S.XVIII, como se recoge en otros lugares con los que compartimos este elemento cultural, en distintos lugares de todo el territorio en torno a la capital de la isla, La Laguna. Aparecen festividades donde el barco votivo es protagonista (Valle Guerra, Geneto, San Benito, Las Mercedes, La Esperanza, La Laguna, Santa Cruz, Taganana, María Jiménez, Tabares,….), asociado al culto a alguna virgen, El Rosario, Los Remedios, El Socorro, La Esperanza, Fátima,…. Vírgenes intermediarias con la divinidad y protectoras del pueblo. A estos elementos se le van incorporando marineros, las loas o lobas y los ajijides, que algunos ven en ellos aquellos gritos característicos del mundo bereber, y las carreras de barcos, otro de los momentos estrella de la fiesta, y que aún se conservan en Tabares y María Jiménez.

El paso del tiempo, los avatares de la historia hicieron que estos elementos se fueran modificando y desapareciendo, como el caso de la Librea de Tegueste que tras la Guerra Civil dejó de desfilar por la Calle del Pino. Tras 50 años de paréntesis, los trajes que le dan nombre a la Librea, volvieron a mostrarse desfilando y luchando contra los símbolos de las desgracias que vienen del mar, los barcos de Pedro Álvarez, Remedios y San Luis, bajo la atenta mirada de la Danza de las Flores.

Han pasado ya 21 años, de aquel lejano 1997 cuando como trabajador del Ayuntamiento de Tegueste, un bisoño técnico del Área de Cultura y Educación, me encontré con Miguel Ángel Hernández, en pleno proceso de organización, de la recuperación de uno de los elementos que definieron los actos de la Fiesta de los Remedios, La Librea. Así, casi sin quererlo me vi envuelto en un ilusionante proyecto, que embarcó a bastantes personas, en entrevistas, elaboración de los trajes de la Milicia, las armas, el guión, la elaboración del Castillo (descrito en Hernández González, M. 1999, Págs. 68-70). En estas me vi de improvisado tambor en los ensayos de las canchas del Colegio Teófilo Pérez, con Agustín Darias, el primer capitán de la Librea y unos milicianos conscientes de la responsabilidad que estaban asumiendo, en la recuperación de una tradición perdida desde la Guerra Civil.

En otro momento se me encargó escribir un texto que Tedy Fernández reprodujo en voz en off, que empezaba diciendo algo así: “Año de nuestro Señor de 1600,…”. O cargando en la carpintería de Sindo el serrín que llenó los sacos donde se apostaron los soldados en la batalla contra los barcos.

Mucho trabajo, tensión del equipo con Miguel Ángel a la cabeza, que se tornó en satisfacción, fue emocionante ver gente llorar, reviviendo recuerdos de su niñez, ver a los participantes, la danza estrenando flores nuevas, los soldados impecables, la gente de los barcos, todos con sus mejores galas, la Librea había vuelto a desfilar por las calles para quedarse de nuevo y seguir siendo una seña de identidad.

1º.- La cuestión de los orígenes

Pero aún queda en la nebulosa el origen de esta fiesta. La extensión de este artículo no me permite extenderme en demasía sobre este aspecto, pero si aportar algunas pinceladas sobre algunas propuestas de distintos autores.

Barcos, danzas, librea, eran el eje de la fiesta de la víspera del día de los Remedios, en torno a ellos, cada año se reproducía simbólicamente la lucha entre el bien y el mal. Los barcos, símbolo en este caso de las desgracias que entraban por el mar y la librea y la danza la defensa del pueblo y de la isla. La Virgen es la mediadora entre el cielo y la tierra, a la que se le piden mediante “loas” librarse de lo malo. Esta simbología de la Virgen misericordiosa, la emparenta con la del Socorro.

Fig.1, Cuadro: Distintas perspectivas sobre el origen de los barcos y libreas.

Mirando el cuadro adjunto vemos distintas perspectivas sobre los orígenes de la Fiesta, observamos como en diferentes publicaciones algunos autores plantean diversas fechas sobre el origen de esta celebración. El primero de ellos nuestro apreciado cronista de Tegueste, Juan Daniel Darias, asocia la creación de los barcos a finales del S.XVI en agradecimiento por la salvación del pueblo de una pestilencia que asoló todos los contornos. Las pruebas argumentales han desmontado esta creencia popular véase (Hernández González, M. 2009; Luis Yanes, M.J. 2017; Rodríguez Morales, Carlos, 2014).


Foto 1: Puente de Palo, era la única conexión que existía entre la ermita de San Marcos y el resto del pueblo. Esta precaria conexión haría poco viable el paso de los barcos para salvar el barranco de las Tapias.

María Jesús Yanes, autora de varios artículos sobre la Fiesta, en el Boletín nº 1 del Archivo Municipal descubre un documento fechado en 1814, donde el Alcalde de Tegueste solicita fusiles a la capitanía militar para la celebración de la marcha de La Librea, aludiendo a su antigüedad sobre el año 1600. Por ahora es la cita documental, más antigua que nos habla de la cronología de la fiesta.

Fig.2: Plano de la antigua ubicación de la ermita de San Marcos. Ubicada entre el barranco de las Tapias y el Caidero, no era el mejor lugar para la ofrenda de los barcos y sus correspondientes carreras.

Para Manuel Hernández en varios artículos publicados en prensa, la fiesta en todo caso no deben ser más antigua de 1669, cuando aparece en el registro documental la figura de la Virgen de los Remedios en la antigua ermita del Llano, aunque es cierto que desde 1609 existe Cofradía de los Remedios en la parroquia (Luis Yanes, M.J. 2017). Por lo que su advocación debe al menos encontrarse desde finales del S.XVI.

El historiador Lagunero Julio Torres, en su publicación digital sobre La Laguna (Torres, J. 2015), recurriendo a la descripción del canónigo lagunero José Rodríguez Moure; describe los elementos de la fiesta que se realizó en 1699, en las celebraciones de La Iglesia de los Remedios en La Laguna. Comenta que es el modelo del que parten la celebraciones de las fiestas de los pueblos que rodearon a La Laguna (el Rosario, Valle Guerra, Tejina, Tegueste, Las Mercedes, Geneto, Valles de Tabares y María Jiménez, …). Por lo que el origen de la fiesta según este historiador deberíamos situarla a comienzos del S.XVIII, como influencia lagunera.

Por último hemos querido recoger otra posibilidad, nada desdeñable. Expuesta en algunos artículos de Leandro Serra de Moratín, genealogista y articulista en varios periódicos, 1894, 1905, que atribuye la ofrenda de los barcos a los acontecimientos del ataque de Nelson a Santa Cruz. En este acontecimiento las milicias teguesteras participaron activamente en la defensa (Gaceta de Tenerife 1894, 24 de agosto). También participa de esta opinión, el articulista que reproducimos en el punto 2 de este artículo. Y que la entroncaría con la recientemente recuperada Librea de Taganana.


Foto 2: Plaza de San Marcos, años 30. Este sería el aspecto más cercano a la iglesia de nueva construcción que sustituyó a la original de 1530 en el Llano.

Estudiando estas distintas propuestas, lo cierto es que el origen de la fiesta de los Remedios debe ser muy antiguo, asociada al culto de la imagen que debió estar implantada desde finales del S.XVI (Rodríguez Morales, Carlos 2014). Ya que existe constancia de la Hermandad de los Remedios desde 1609 (Luis Yanes, 2015) y la existencia de milicias de defensa de la Isla. En Tegueste existió una comandancia a finales del S.XVI, cuyo cuadrillero mayor se llamaba Bartolomé Gómez, y tenía jurisdicción desde Punta del Hidalgo hasta Tacoronte (Darías, J.D. 1990).

Por lo que a finales del S.XVI y comienzos del S.XVII, Tegueste tenía varios elementos de los que componían la fiesta, culto a la Virgen de los Remedios, Milicias y Danzas de cintas y flores. ¿Pero la ubicación de la ermita del Llano permitía la presencia de los barcos?

Sabemos los problemas que existían en la antigua ermita con su ubicación entre dos barrancos, su acceso por el puente de palo lo hacía un lugar inapropiado para la celebración que conocemos.

En 1699 se inician las obras de la iglesia actual en un lugar más propicio sin la presencia de barrancos, y en este contexto donde tenemos que ubicar la fiesta como la conocemos hoy. (Rodríguez Morales, 2014)


Foto 3: Procesión en las fiestas de la Virgen de los Remedios, años 60.

2º.- Una visión de principios del S.XX

Visto los posibles orígenes de la fiesta hemos querido poner un ejemplo descriptivo de las celebraciones, de los varios que hemos localizado en las hemerotecas. Una muy interesante de 1879, fue publicada en el  Boletín nº 8 del Archivo Municipal. Por lo que nos hemos decantado por otra descripción detallada publicada en el año 1905. Firmada por Gil Garrotillo en el Diario de Tenerife.
Podemos destacar en el relato varios elementos, que se repiten de la crónica del S.XIX: barcos, danzas, libreas, procesiones, fuegos.

Foto 4: Principios del S.XX, Ayuntamiento de Tegueste, donde podemos observar un grupo de señoritas procedentes de Santa Cruz y lo que parece un chófer del buen número de coches que se acercaban a las fiestas. Al fondo el barco y la decoración de la plaza.

La presencia multitudinaria de la colonia de veraneantes y de vecinos del entorno, que llegaban en coche por la carretera de Las Canteras. Y en estos primeros años del S.XX, la presencia militar que enriquece la fiesta. La Compañía de Ingenieros Zapadores, solía realizar sus maniobras en la Comarca Nordeste (El Tiempo, 7 de Nov. 1905), estableciendo un campamento por debajo del Baldío, y que en atención a este hecho se conserva en la actualidad el topónimo.

Fig.3.- Zona de ubicación del Campamento militar a principios del S.XX.

En prensa podemos encontrar un buen número de referencias a maniobras y participación de los soldados en la vida social del pueblo, y para el caso que nos ocupa en las fiestas de Los Remedios.


Foto 5: Soldados de marcha hacia el campamento de Tegueste, por la Plaza de Tejina.

De Tegueste

Terminaron las fiestas de este pintoresco pueblo celebra en honor de Nª Sra de Los Remedios, y como había anunciado, superaron con creces a las de años anteriores.
El día siete desde las cuatro de la mañana, el repique general de campanas y el disparo de morteros hizo ver a los pacíficos vecinos que la fiesta comenzaba, y desde ese momento comenzaron a verse por las calles compactas parrandas que con sus alegres cantos hacían abandonar sus lechos a los reacios.

A las ocho de la mañana hubo misa cantada delante del trono de la Virgen, a la que asistieron numerosos fieles. A las tres de la tarde, solemnes vísperas y a las cuatro próximamente hicieron su entrada triunfal en la Plaza los barcos de San Luis, Remedios y Pedro Álvarez, los cuales estaban adornados admirablemente, con profusión de banderas con los colores nacionales; seguidamente dieron sus anunciadas carreras sin incidentes desagradables.

A partir de esa hora el entusiasmo que reinaba en la plaza era indescriptible, pues el continuo llegar de coches particulares atestados de viajeros que venían a presenciar las fiestas, unido al sentido canto de las folías, y el vertiginoso vals bailado por alegres parejas, habianla convertido en un verdadero Paraíso.

A las nueve entró la famosa librea con su capitán D. Francisco Hernández Martín, acompañada de la correspondiente danza; y acto seguido subió al tabladillo levantado al efecto, el orfeón formado por clases e individuos de la compañía de Ingenieros Zapadores Minadores, cantando con verdadera afinación y gusto unos versos dedicados a la Virgen de los Remedios, y coro de los repatriados “Gigantes y Cabezudos” siendo obligados a repetirlos infinidad de veces y aplaudidos estrepitosamente.

Foto 6: La librea formada en la Plaza 1998. Foto Tomás Rodríguez

A las nueve y media hicieron su segunda entrada (osea la oficial), los históricos barcos, recordatorio de glorias españolas en la famosa derrota de Nelson, resultando un poco deslucida, porque al hacer la salvas de ordenanza, explotaron todos los morteros que conducía el barco de los Remedios, resultando heridos de consideración dos de sus tripulantes.

A las diez salió próximamente la procesión acompañada por el Clero, Hermandades, Autoridades, Librea, Danza, banda de música de Tacoronte y Barcos, resultando un cuadro deslumbrador. A la salida y entrada se recitaron sentidas loas por los Sres. Faustino Hernández y Antonio González.


Foto 7: Procesión de la Virgen de los Remedios, años 40, con la danza infantil de cintas.

Terminada la procesión se presentó el graciosísimo sainete “Los celos de Don Crispín”, bien interpretado por los aficionados D. Manuel Hernández, D. Gregorio Jiménez y D. Antonio González y Don Pablo Darias. Acto seguido se quemó una bonita colección de fuegos artificiales, celebrándose después infinidad de bailes en casas particulares, sin decaer en ningún momento durante toda la noche la animación.

El día ocho se celebró a las ocho de la mañana misa rezada con la asistencia de la Compañía de Ingenieros; y a las diez solemne función religiosa, predicando un solemne orador sagrado, saliendo seguidamente la procesión y celebrándose nuevas carreras de barcos que resultaron incidísimas. A las cinco obsequió el Ayuntamiento con un espléndido refresco a la fuerza de Ingenieros Zapadores.


Foto 8: Carreras de barcos, principios del S.XX. Propiedad de Francisco Javier González Melián.

Como fin de fiesta se improvisaron multitud de bailes, mereciendo especial mención el organizado en casa de José Hernández, por asistir a él lo más selecto de la colonia veraniega.

Como verán nuestros lectores, las fiestas no han podido resultar más brillantes, contribuyendo no poco a ello, el encontrarse aquí la Compañía de Ingenieros Zapadores Minadores, que gracias a la amabilidad de su ilustrado Capitán, Don Carlos Requena Martínez, tomó parte activa en la fiesta.

No puedo terminar sin hacer constar mi agradecimiento al digno párroco don Ruperto M. Molina, Alcalde don Teodoro González, Concejales, D. José, D Mª. Febles, D. Daniel Melián, Juez Municipal, D. Miguel González y Secretario D. Domingo González, por las inmerecidas atenciones de las que fui objeto, enviándoles mi aplauso por la rectitud y justicia con que supieron resolver los pequeños incidentes que se presentaron.

Gil Garrotillo

Tegueste, 10 de Septiembre 1905.

3º.- A modo de resumen

La Librea de Tegueste no se puede entender sin el resto de los elementos que componen la complejidad de la celebración. El elemento militar popular, estuvo presente desde la fundación del pueblo. Y es el que le da sentido a lo que conocemos por “Librea”, que corresponde a los uniformes heterogéneos de los que se componía un grupo de milicianos armados, con fusiles o cualquier arma que sirviera para la defensa en ausencia de estas. Pero el escenario más complejo que forma con la danza y los barcos, muestra aún incógnitas por resolver, como hemos comprobado anteriormente.

La lucha entre barcos y castillo con los defensores, quizás no se instaure hasta la nueva ubicación de la iglesia, que ofrecía condiciones para su desarrollo. La antigua ermita ubicada en un pequeño llano entre barrancos no ofrecía el marco adecuado para el desarrollo festivo. Aunque los milicianos pudieran participar en las fiestas, junto con la Cofradía de la Virgen de la que sabemos que existía en 1609.

En el S.XIX y hasta la Guerra Civil Española la presencia de una numerosa colonia de veraneantes, contribuyeron a darle realce a la fiesta, pudiendo afirmar que se encontraba a la altura de la actual Romería de San Marcos.

A partir de ese momento La librea fue decreciendo hasta su desaparición. La danza y los barcos conservaron su posición pero ya como acompañamiento de los patrones en las procesiones, suprimiéndose también las carreras.

Con la creación de la Romería de San Marcos, la fiesta de los Remedios decayó hacia una fiesta de ámbito local y la Romería captó el interés extramunicipal.

En 1997 por iniciativa de Miguel Ángel Hernández, el Ayuntamiento de Tegueste se embarcó en la recuperación de la vieja Librea y sus connotaciones de viejas batallas, rogativas a la Virgen de los Remedios, que han contribuido a dignificar de nuevo la Fiesta Mayor de Tegueste.


Foto 9: Soldados realizando salvas a la Virgen. Foto Tomás Rodríguez

Foto 10: Lucha entre los barcos y el castillo. Librea 1998. Foto Tomás Rodríguez.

Foto 11: Cartel anunciador de la Fiesta. Gaceta de Tenerife 1934.

4º.- Bibliografía

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