Alfredo López Pérez
Capitán de la Milicia del pueblo de Tegueste

A lo largo de la representación de la Librea se dan diferentes momentos en los que se toca la fibra sensible, incluso la de las personas más escépticas.

La apuesta por la tradición siempre será una apuesta de y con futuro, porque es muy importante legar a las generaciones futuras el porqué de muchos acontecimientos y hechos históricos relevantes.

Desde hace unos 21 años, cada vez que se acerca el mes de septiembre, se percibe un ambiente esperanzado y lleno de ilusión en los colectivos más habituales en la Librea de Tegueste, en las personas que están detrás de los elementos principales que la sustentan, los “Barcos de tierra adentro”, ofrenda a los santos patrones del pueblo, el Evangelista San Marcos y Ntra. Sra. de Los Remedios; la Danza de las Flores, cuyo origen se remonta a la propia fundación y el asentamiento poblacional tras consolidarse la conquista de Tenerife; y la Milicia, que representa el tipo de defensa que principalmente en las zonas costeras tuvieron nuestras islas ante cualquier amenaza en el horizonte.

Estos tres elementos reciben a la imagen de la Copatrona y Alcaldesa Honoraria, a su salida del templo para la procesión, hecho indispensable dentro del voto o promesa que realizó el pueblo de Tegueste y que desde aproximadamente el año 1600 se viene realizando esta representación, ya tradición religiosa, histórica y cultural, con la salvedad de los años en los que, entrados en el siglo XX y a consecuencia muy probablemente, de los años de tensión política durante la II República y al alzamiento militar de Franco y posterior dictadura, se prohibiera primero (no hay que olvidar que se trata de un enfrentamiento con armas entre vecinos, aun cuando se trata de una representación o simulación), para posteriormente caer en el olvido.

Escoltar a la sagrada imagen, siendo un miembro del Barco, ya sea el de Tegueste Casco, el de San Luis, el de Pedro Álvarez o el de El Socorro; un miembro de la Danza de las Flores, máxime sabiendo que hace más de un siglo que generación tras generación la misma familia de los González o popularmente conocidos como los “Tamboreros” la mantienen y promocionan con su esfuerzo y trabajo voluntario; o como un miliciano, es un gran honor como teguestero, amante de nuestras tradiciones y persona de bien.

A lo largo de la representación de la Librea se dan diferentes momentos en los que se toca la fibra sensible, incluso la de las personas más escépticas. En este sentido, puedo hablar en primera persona, como miliciano primero desde el año 1997, año de su acertado y oportuno rescate, y como capitán de la Milicia después, cometido que actualmente desempeño y que llevo haciéndolo desde el año 2002, cuando el anterior capitán y amigo D. Agustín Darias Alberto (hijo de nuestro primer cronista oficial y medalla de oro Juan Daniel Darias), depositó en mí su confianza para llevar a buen fin este bello cometido y responsabilidad, con el respaldo unánime y para mí muy importante, de todos y cada uno de mis compañeros de filas de esa época.

El izado de la bandera tras la victoria, los acordes del himno de la virgen mientras toda la milicia muestra su respeto tomando el testigo de tantos otros teguesteros que en su momento prometieron y rindieron pleitesía, el fragor de la batalla, el recuerdo siempre presente de quienes fueron compañeros en la Milicia y ya no están con nosotros, de nuestros familiares y amigos que pasan momentos complicados o bien se nos fueron… Muchos instantes que valen su peso en oro, que no se pueden comprar ni vender, sólo se viven, se sienten.

Durante los meses de julio y agosto, incluso en algunas ediciones desde el mes de junio, se llevan a cabo una serie de ensayos y puesta en práctica de los movimientos de la tropa a realizar en la Librea. Los milicianos y no soldados, porque es necesario establecer la diferencia, si atendemos a la profesionalización, etimología y categorización del término en sí y sus funciones, hacen hueco en sus agendas y acomodan sus horarios profesionales y de ocio personal, para tratar de cumplir y asistir. Durante los mismos, la camaradería entre todo este colectivo es esencial, motivo por el que no hay año que no se den al menos dos o tres “tenderetes” improvisados muchas veces, porque para organizarse todo es ponerse, tanto para la Librea y la batalla como para compartir un buen vaso de vino de Tegueste.

Es oportuno y digno de destacar la buena relación y unión de este colectivo, que es reflejo de los otros inicialmente mencionados, los Barcos y la Danza de las Flores, cuestión fundamental para que la llama de la tradición siga viva, se alimente y se conserve, al margen de las situaciones político – sociales, momentos más o menos duros que se puedan dar.

La apuesta por la tradición, al margen de la predisposición política, ideológica o religiosa, cuestión que es más trascendente en la esfera personal de cada individuo, siempre será una apuesta de y con futuro, porque es muy importante legar a las generaciones futuras el porqué de muchos acontecimientos y hechos históricos relevantes, que han determinado el que Canarias, nuestra maravillosa tierra, siga siendo plataforma tricontinental, donde el mestizaje etnográfico y cultural es un valor de prima incalculable. Quizás hay que tener muy presente la sentencia o máxima del célebre primer ministro Winston Churchill, cuando afirmó: “El pueblo que no conoce su historia, está condenada a repetirla”, para poner en justo valor y medida nuestras tradiciones y patrimonio.

La Librea de Tegueste es para los milicianos el momento que se espera con ansias, con verdaderas ganas, porque es sinónimo de compartir y del reencuentro con los compañeros y amigos que en muchos casos por cuestiones laborales o por el ajetreo diario apenas comparten de forma habitual. Al llevar edición tras edición, sin faltar como miliciano y capitán a ninguna, he podido ver la evolución de chicos o adolescentes que empezaron en su momento en la Milicia, y que hoy, con el paso de los años, siguen participando siendo ya padres de familia, algunos, y en todos los casos ciudadanos de los que personalmente me siento orgulloso. En torno a la Milicia, en torno a este colectivo de amigos, se han forjado amistades y lazos de unión que inevitablemente han influido en el desarrollo personal de sus miembros. Y ése y no otro es el secreto: compartir, hacer de nuestra tradición la excusa perfecta y ocasión para desarrollar nuestras mejores virtudes, limar asperezas y poner en valor la cooperación y colaboración desinteresada de todos con un fin último y común, legar nuestro rico patrimonio material e inmaterial, religioso, histórico y cultural a las generaciones futuras.

Apenas quedan unas horas para nuestra Librea de Tegueste, mañana  7 de septiembre, a las 21:30 horas, en la plaza de San Marcos. El castillo está armado en la fachada del ayuntamiento, y ya se siente ese hormigueo en el estómago de todos los que vivimos nuestra bella tradición teguestera. Desde mi humilde condición de miliciano y capitán les invito a participar activamente como figurantes (las listas están aún abiertas en el Ayuntamiento de la Villa de Tegueste, siendo el teléfono de contacto el 922.31.61.00 – Ext. Cultura), o bien como público en esta nuestra Librea, símbolo institucional de Canarias y declarada BIC en 2007.

Decía el poeta, “los ojos pertenecen al que los hace brillar” y en otra de las citas célebres en este caso de William Shakespeare, “el hombre que no se alimenta de sus sueños envejece pronto”… Ambas definen a la perfección lo que se siente cuando se representa y se participa en la Librea. Ojos brillantes, chispeantes, alegres, esperanzados, a veces húmedos de la emoción por el recuerdo de tantos momentos aciagos y al sentir el favor recibido cuando hemos hecho rogativa a la patrona, al compartir este bello legado. Y el sueño, el anhelo de que todo salga bien, de que un año más se cumpla con la tradición y el voto de promesa que un día, un pueblo sitiado por mar y por los males que por él venían hizo, con fe, devoción y esperanza, creyendo que era posible un mejor mañana.

¡Feliz Librea de Tegueste a todos!

¡VIVA NUESTRA SEÑORA DE LOS REMEDIOS! ¡VIVA!
¡VIVA LA LIBREA DE TEGUESTE! ¡VIVA!

¡VIVA LA MILICIA DE TEGUESTE! ¡VIVA!