Religión y cultura
Somos parte del grupo folclórico Teguaco de Tegueste que, tras muchas deliberaciones y debates, al enterarnos que el convento Religiosas de la Asunción de nuestro pueblo Tegueste se había vendido y en breve cerraría sus puertas decidimos realizar las fotografías de nuestro último book en este emblemático lugar. Esta decisión no fue tomada a la ligera, sino que estuvo cargada de un profundo respeto y simbolismo. Un edificio así, con años de historia, sabíamos que esta era una oportunidad única para rendir un homenaje tanto a la historia del convento como a las raíces culturales y religiosas que han formado parte de nuestra identidad.
Desde el momento en que atravesamos las puertas del convento nos envolvió una sensación de solemnidad y veneración. Las paredes de piedra, las arquerías, y los jardines bien cuidados nos hablaban de una época pasada, una época en la que la devoción y la vida religiosa eran pilares fundamentales de la comunidad. Nos pareció apropiado vestirnos con vestimenta de gala del siglo XVIII y hábitos y vestimenta de diario del siglo XIX para las fotos, una elección que simbolizaba nuestro respeto y nuestra conexión con las tradiciones religiosas que el convento representaba.
Para nosotros, el folclore no es simplemente una serie de bailes y canciones, sino una expresión viva de nuestra herencia cultural y espiritual. Cada vestimenta, cada movimiento, cada nota musical está impregnada de siglos de historia y tradición. La elección del convento como escenario para nuestro book fue una manera de entrelazar nuestras raíces folclóricas con la rica herencia religiosa que también ha sido parte de nuestro legado. Nos sentimos llamadas a honrar no solo la arquitectura del convento, sino también las vidas de aquellas monjas que dedicaron su existencia a la fe y al servicio.
El día de la sesión de fotos fue particularmente especial. Mientras posábamos en las escalinatas y jardines, con nuestra fotógrafa fluyendo alrededor de nosotras, sentíamos la presencia de las generaciones pasadas. Fue como si, a través de nuestras fotos, estuviéramos capturando no solo nuestra imagen, sino también la esencia de aquellas mujeres que habían caminado esos mismos pasillos con sus propios hábitos, viviendo vidas de dedicación y oración.
El hábito del siglo XIX que elegimos usar no fue una elección al azar. Nos sumergimos en investigación para asegurarnos de que cada detalle fuera auténtico, desde la textura de las telas hasta la forma de las mantillas. Queríamos que nuestras fotos no solo fueran un homenaje, sino una verdadera recreación histórica que rindiera justicia a la época y a las mujeres que la vivieron. En nuestras imágenes, quisimos capturar no solo la estética de los hábitos, sino también la humildad y la gracia que ellos simbolizaban.
A medida que avanzábamos en nuestra sesión de fotos, no pudimos evitar reflexionar sobre el impacto del cierre del convento. Este lugar no solo era un refugio espiritual, sino también un testimonio viviente de la historia y la cultura de nuestra comunidad. Con nuestras fotos, esperábamos preservar y transmitir algo de esa historia a las futuras generaciones, recordándoles la importancia de nuestras raíces culturales y religiosas.
Finalmente, queremos expresar nuestro más profundo agradecimiento. Primero, a las autoridades del convento, por permitirnos usar este lugar tan significativo para nuestro proyecto. Su generosidad nos permitió capturar algo verdaderamente único y especial. Segundo, a todas las monjas que, a lo largo de los años, dedicaron sus vidas a la oración y el servicio, creando un legado de fe y devoción que ha perdurado a través de los tiempos. Y por último, a nuestra comunidad y a todos aquellos que han apoyado nuestro grupo folclórico, recordándonos constantemente la importancia de preservar y honrar nuestras tradiciones.
Gracias, de todo corazón, por permitirnos ser parte de esta historia. Nos sentimos profundamente honradas y comprometidas a seguir celebrando y preservando nuestra rica herencia cultural y religiosa.
Yurena y Guidy