Hace unas semanas falleció Facundo Hernández Gutiérrez, teguestero de pro, amante del mundo indígena.
Nació a la vera del barranco Agua de Dios, donde nos contaba que desde pequeño pastoreó cabras en la zona, por lo que era un gran conocedor de las formas de vida relacionadas con esta actividad. Esto le valió, junto a su mujer Candelaria, una entrevista, como pastor de Anaga (publicada en 2013 por el IEC), por Luis Diego Cuscoy.
Mi relación con Facundo no era de mucho tiempo, empecé a oír su nombre a través de su primo Juan Daniel Darías con el que tenía una buena relación y a través de Agustín Darías, los cuales me contaban historias de excavaciones y descubrimientos en los que él estaba también metido de lleno.
A principios de los 2000 lo visité en su museíto de Catalanes (Lo llamaban el alcalde de Catalanes, porque había conseguido cosas para mejorar las condiciones de vida del caserío) en un primer encuentro donde me sorprendieron sus conocimientos y su cercano humor teguestero. Cuando lo vi, lo asocié a aquel señor de los bigotes grandes que veía en las fiestas del pueblo o en la zona de Las Toscas. En esa toma de contacto me comentó, claro que conocía a mi padre y de cómo se peleaban a la salida del colegio (me recordó algunas mías que tuve con un sobrino suyo).
Más tarde en el desarrollo del Proyecto Revalorización Patrimonial del Barranco Agua de Dios, volví a hacerle una visita en 2010, y volvió a atenderme con una amabilidad exquisita. Hombre apegado a la tierra y a sus orígenes, tuvo la suerte de vivir en una etapa muy interesante de la arqueología canaria. Compartir años de investigación con Luis Diego Cuscoy, uno de los investigadores más brillantes que ha dado esta tierra, aprender de sus conocimientos y excavar algunos de los yacimientos que aportaron gran conocimiento de las formas de vida y muerte de nuestros ancestros indígenas.
Estuvo presente en las excavaciones de la Enladrillada, los Cabezazos, El Guanche, Guargacho,…. Exploraron cientos de cuevas, cabañas. Podemos decir que Facundo estuvo vinculado a la actividad arqueológica en una de las etapas más productivas de Luis Diego Cuscoy, aportando su energía y conocimiento del medio.
Sus fotos, algunas las reproduzco en este pequeño reportaje, aparecen en varias publicaciones, y son historia de la investigación arqueológica en Tegueste y Canarias. En homenaje a Facundo y como fotos antiguas de Tegueste las comparto en este grupo. Espero que su familia no se moleste por estas letras y darles mi sentido pésame por la pérdida de Facundo.
Para terminar, una frase que me dijo en la primera entrevista: «Cuando un burro canta, calla la oreja».