Me llamo Suleimán es una obra centrada en la emigración clandestina entre África y España, y más concretamente en el viaje que han de realizar quienes emprenden la aventura de realizarlo. Conocer cómo es el viaje del emigrante –tanto el que se realiza entre África negra y el norte de Marruecos, a través del Sáhara, como el que transcurre entre las costas africanas y las canarias- nos puede ayudar a comprender mejor la decisión que han de tomar miles de personas y plantearnos cuáles son las razones para tomarla, sabiendo que –como por desgracia ocurre con muchísima frecuencia- sus vidas corren peligro.
Esta adaptación teatral de la novela homónima escrita por Antonio Lozano, cuenta la historia de Suleimán, un niño que harto de la terrible situación de pobreza que vive en su país, Malí, decide marcharse junto a su amigo Musa a la próspera Europa. Allí esperan trabajar y conseguir suficiente dinero para regresar y montar sus propios negocios para ayudar a sus familias, pero el viaje es duro y difícil. Deberán cruzar el desierto en camiones incómodos y atestados de expatriados que, como ellos, buscan algo mejor. Llegarán hasta la frontera con Melilla, pero allí el cruce de la verja se complicará. Sin embargo, Suleimán no se dará por vencido y volverá a intentar el viaje, esta vez, por mar.
En escena Isabel, una compañera de clase de Suleimán, es la encargada, junto con el trabajo de animación audiovisual de Juan Carlos Cruz, y bajo la dirección de Mario Vega, de narrar esta historia, que no es otra que, la del viaje que es capaz de emprender un niño con el único fin de alcanzar sus sueños…